El valor de la construcción y la urbanización.-
Desconozco los costes de construcción de una vivienda a ciencia cierta, pero si se le pregunta a un constructor el precio/metro cuadrado construido de vivienda de calidad media, cualquiera lo indica sin mucho cálculo. Y desde luego es un valor importante pero hasta ahora no era el más importante.
Hay que sumar también el valor de la urbanización. Los técnicos te dicen una cantidad a ojo de buen cubero sin equivocarse mucho.
La financiación .-
Bancos y Cajas de Ahorros andan ahora enfrascados en el canguelo crediticio y quizás falta de liquidez no declarada y no sueltan un duro salvo que uno ya sea rico y tenga muchas propiedades y posibles, ya se sabe el dinero es muy miedica y va a lo seguro. Bien, este problema de las finanzas, los créditos, las provisiones de fondos y las garantías es muy complicado. Sin embargo el euribor está al uno coma y muy poco Me pregunto si desde lo público no se podría impulsar un poco más la recuperación, por supuesto desde parámetros de operaciones viables. ¿O es que no se han ocupado nuestros políticos de controlar las Cajas de Ahorro? Si así lo han hecho, será no por intereses inconfesables sino para algo útil a la sociedad, entre otras cosas para revertir una parte de los beneficios en ésta o asumir un poco entre todos los riesgos. Así pues por un lado se debe procurar mover el mercado de los créditos. Y se puede complementar por otra parte con la posibilidad de conceder avales públicos.
El sistema.-
Establecido todo lo anterior, me pregunto ingenuamente ¿por qué no se actúa por la Administración mediante el sistema de expropiación? El Ayuntamiento, una vez conocidas las necesidades de vivienda, expropia, a precio de suelo rural, el suelo necesario para la construcción de las viviendas que hagan falta, las construye mediante un contrato de obras y las vende a precio de coste (cargando sólo los gastos que se hayan ocasionado).
Ciudades habitables y reordenación territorial.-
Y hablando de todo un poco. Caso de Aragón. El Alcalde de la ciudad –en Aragón cuando se habla de la ciudad, prensa y políticos, todos entienden que es Zaragoza- quiere ser la tercera ciudad de España. Ya he manifestado que yo no sé muy bien para qué. Yo no quiero vivir en la tercera ciudad de España, estoy muy feliz en la quinta. Las encuestas dicen que la gente que vive en Zaragoza es feliz de vivir en Zaragoza. Así que no lo compliquemos. Propondré pues ingenuamente frenar el ansia inmobiliaria de la ciudad y transferir esa ansia a la periurbanidad. El problema es el grandísimo término municipal de Zaragoza. Pues bien, dedíquese todo ese entorno ha hacer un gran anillo no, mejor un gran donut verde. De otro modo quizás haya que apostar por cerrar el resto de Aragón.
Acaban de salir los datos de renovación del padrón. Teruel vuelve a perder población; los inmigrantes, que sostenían un poco las cifras, se están empezando a ir. Si no se frena un poco Zaragoza y se potencia el resto del territorio, quizás será lo mejor convertir todo Aragón en un gran coto de caza. Y nos dejamos de historias.
Concluyendo.-
Así, ¿a cuánto saldría una vivienda? Tengamos en cuenta que no hubiera valor de especulación y no hubiera beneficio marginal, sólo el industrial de la empresa constructora. Si conjugásemos todos los factores anteriores, concluiremos que es posible realmente construir viviendas de calidad a precios muy, muy ajustados porque se poseen todos los factores necesarios para ello: posibilidad de obtención de suelo barato. Complementado con una adecuada política crediticia, se salvarían muchos de los problemas. Organización para llevar a cabo el proceso y sistema de financiación. ¿No apostamos por lo público?
Tenemos todo lo necesario para trabajar bien en el tema de la vivienda. Lo que hace falta es un poco de imaginación, ganas de trabajar, honradez y voluntad política. Olvidando el urbanismo como medio de financiación local y retomándolo como una mera cuestión social, la satisfacción del derecho de todos a tener un techo donde cobijarse y desarrollar su vida. Qué bonita es la Constitución. Nada más. Y nada menos. Pues eso, simplifiquemos.
Ah, y otra cosa. Simplifiquemos también la normativa, hecha sólo para gurús. Conozco a alguien que cuando recibe una explicación que no entiende, siempre dice que se lo expliquen bien que como no es tonto, si se lo explican bien, lo entenderá. Pues con las leyes urbanísticas igual.
Ignacio Pérez Sarrión
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