lunes, 17 de mayo de 2010

Medidas dolorosas, pero inevitables

Por vez primera desde que comenzara nuestro particular via crucis, hemos percibido un enérgico golpe sobre la mesa. Por fin reconocemos la hondura y la gravedad de una crisis que aún puede devorarnos. El presidente de gobierno ha presentado una ronda de recortes del gasto público que ha sorprendido, más que por su importe, por las materias y conceptos afectados. El ahorro estimado asciende a 15.000 millones de euros, una cuantía considerable, pero muy inferior a los 35.000 millones que nos han recomendado varias instancias europeas. Caminábamos hacia el abismo, y las medidas de ajuste eran inevitables y urgentes: la cirugía promete ser dolorosa y habíamos perdido demasiado tiempo en dilaciones inexplicables. Pero la salida no vendrá sólo por el ejercicio de apretarnos más y más el cinturón. Además de estos recortes, serán precisas más actuaciones para lograr que recuperemos la confianza externa e interna que precisamos como combustible imprescindible para la recuperación. Políticas fiscales y laborales han de ser modificadas para conseguir que redistribuyamos con justicia los costes del ajuste y para que, al tiempo, logremos conseguir una economía productiva y competitiva. Nuestra recuperación económica y de empleo no vendrá ni del consumo interno ni de la inversión pública; tendrá que ser el sector exterior el que “tire” de la actividad. Y para ello, y dado que no es planteable competir vía salarios, deberemos hacer un esfuerzo en productividad, ingenio, tecnología y valor añadido. Un reto que nos compromete a todos. Nos hemos empobrecido y precisaremos unos años de sacrificio y esfuerzo para recuperar el patrimonio perdido. Y debemos realizarlo entre todos, no sólo la parte más débil. Como también nos afecta a todos la extensión del compromiso salarial. Autonomías y ayuntamientos seguirán el ejemplo del gobierno y se aplicarán la medicina amarga. ¿Qué harán las empresas públicas y municipales regidas, en principio, por convenios laborales ajenos al derecho administrativo? No parece lógico que disfruten de un trato privilegiado, por lo que tendrán que ajustarse a lo previsto en su conjunto.
Y los sindicatos, ¿qué harán? Es normal que las medidas no le hayan gustado nada de nada. Tienen ante sí dos modelos posibles. El de la bronca descomunal, tipo Grecia, o el de los recortes más o menos consensuados, como es el caso ejemplar de Irlanda. Prefiero este segundo al primero. El tiempo nos dirá hacia donde nos lleva nuestro derrotero.
Manuel Pimentel

No hay comentarios:

Publicar un comentario