En el Parlamento europeo se debaten muchos asuntos relacionados con Internet. Así, por ejemplo, un informe que se está elaborando (y del que yo mismo soy Ponente) es el relativo a la “gobernanza” de Internet. Alude este a cómo se “gobierna” Internet en el mundo, por eso la expresión adecuada es la de “gobierno” y no ese neologismo (un poco necio) de “gobernanza”. Un “gobierno” hoy confiado a una fundación privada de California (ICANN) vinculada al Departamento de Comercio de los Estados Unidos por medio de un contrato. Esta situación jurídica plantea muchos problemas y la Unión Europea quiere mediar en ellos. Otro día me ocuparé de ICANN pues se trata de una institución singular y, aun diría, espectacular por lo que tiene de ruptura con los mecanismos de poder tradicionales. Hace poco me referí en este mismo lugar al “internet de los objetos” y a la importancia que esta nueva dimensión de la red tendrá en la vida municipal europea. Y son otros muchos los desafíos de la Red y por ello están debatiéndose asuntos cruciales como es el del ciberdelito, la lucha contra el “spam”, la neutralidad de la red, la libertad de acceso o, en fin, el muy polémico de la propiedad intelectual. Estamos ante uno de los más espectaculares debates del presente pues la afirmación según la cual “nada de lo que ocurre en nuestro mundo es ajeno a Internet” me parece de una corrección impecable.
También acabamos de aprobar el Informe sobre la Agenda Digital 2020 (elaborado por la diputada española Pilar del Castillo) que prevé la implantación de banda ancha para todos en el cercano horizonte temporal del año 2013. Se trata de un Informe -como los anteriores por cierto- confeccionado a instancia de la Comisión europea que recaba así, por esta vía, la opinión que se sustenta en el seno del Parlamento. Es en sus Comisiones donde tienen lugar los debates más vivos.
Se trata de que todos los hogares de la Unión Europea tengan acceso a la banda ancha y además a precios adecuados como una garantía de que pueda beneficiarse de este servicio la inmensa mayoría de la población. Los ministros europeos de Telecomunicaciones han respaldado esta iniciativa en una reunión celebrada precisamente en España, en Granada, lo cual es ya un paso importante.
Se aboga por prestar especial atención a las zonas rurales y a las afectadas por situaciones económicas especialmente sensibles así como a las ultraperiféricas (entre nosotros, sería el caso por ejemplo de las Islas Canarias). Para el año 2015 el 50% de los hogares europeos deberían estar conectados a redes “de muy alta velocidad” y para 2020 -que es el horizonte escrutado- deberá ser el 100% . Se confía en que las nuevas técnicas inalámbricas coadyuven a la consecución de estos objetivos.
Que son apasionantes, estamos ante una auténtica revolución que tiene para los juristas un especial atractivo y más para los interesados en la Administración municipal. Porque asistimos al parto de un nuevo mundo que va afectar a los servicios públicos tradicionales, todos alterados por las nuevas circunstancias técnicas. Me gusta pensar en lo que debió de significar en las tierras españolas la introducción del gas para el alumbrado, después la luz, o el teléfono, la sustitución de la tracción animal en los transportes por la mecánica etc. Esa joya para bibliófilos que es el libro de Antonio Flores “Ayer, hoy y mañana. La fe, el vapor y la electricidad” publicado en el reinado de Alfonso XII es un buen testimonio para el lector erudito o curioso. Hubo sin duda entonces para el observador atento algo de vértigo pero hoy esa sensación es incomparablemente mayor porque todos -o casi- estamos al tanto de todo y las modificaciones de nuestra vida cotidiana se producen a velocidades mareantes.
Los juristas -como digo- no tendremos ocasión de aburrirnos.
Francisco Sosa Wagner
También acabamos de aprobar el Informe sobre la Agenda Digital 2020 (elaborado por la diputada española Pilar del Castillo) que prevé la implantación de banda ancha para todos en el cercano horizonte temporal del año 2013. Se trata de un Informe -como los anteriores por cierto- confeccionado a instancia de la Comisión europea que recaba así, por esta vía, la opinión que se sustenta en el seno del Parlamento. Es en sus Comisiones donde tienen lugar los debates más vivos.
Se trata de que todos los hogares de la Unión Europea tengan acceso a la banda ancha y además a precios adecuados como una garantía de que pueda beneficiarse de este servicio la inmensa mayoría de la población. Los ministros europeos de Telecomunicaciones han respaldado esta iniciativa en una reunión celebrada precisamente en España, en Granada, lo cual es ya un paso importante.
Se aboga por prestar especial atención a las zonas rurales y a las afectadas por situaciones económicas especialmente sensibles así como a las ultraperiféricas (entre nosotros, sería el caso por ejemplo de las Islas Canarias). Para el año 2015 el 50% de los hogares europeos deberían estar conectados a redes “de muy alta velocidad” y para 2020 -que es el horizonte escrutado- deberá ser el 100% . Se confía en que las nuevas técnicas inalámbricas coadyuven a la consecución de estos objetivos.
Que son apasionantes, estamos ante una auténtica revolución que tiene para los juristas un especial atractivo y más para los interesados en la Administración municipal. Porque asistimos al parto de un nuevo mundo que va afectar a los servicios públicos tradicionales, todos alterados por las nuevas circunstancias técnicas. Me gusta pensar en lo que debió de significar en las tierras españolas la introducción del gas para el alumbrado, después la luz, o el teléfono, la sustitución de la tracción animal en los transportes por la mecánica etc. Esa joya para bibliófilos que es el libro de Antonio Flores “Ayer, hoy y mañana. La fe, el vapor y la electricidad” publicado en el reinado de Alfonso XII es un buen testimonio para el lector erudito o curioso. Hubo sin duda entonces para el observador atento algo de vértigo pero hoy esa sensación es incomparablemente mayor porque todos -o casi- estamos al tanto de todo y las modificaciones de nuestra vida cotidiana se producen a velocidades mareantes.
Los juristas -como digo- no tendremos ocasión de aburrirnos.
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