El Ministerio de Economía y Hacienda aprobará en las próximas semanas una modificación de la Ley del Impuesto de Sociedades que ampliará hasta 2015 la libertad de amortización para las nuevas inversiones vinculadas a actividades económicas que afronten las empresas.
Con la normativa vigente, este beneficio fiscal se aplica con carácter general a las Empresas de Reducida Dimensión -aquellas que tienen una cifra de negocio anual inferior a ocho millones de euros- y está vinculado al mantenimiento de la plantilla para el resto, aunque sólo hasta el ejercicio de 2012.
El anuncio realizado ayer por el presidente del Gobierno generalizará este beneficio sin condiciones y sin vincularlo al mantenimiento del empleo para tres millones de empresas y profesionales, extendiendo hasta 2015 el periodo durante el cual podrá aplicarse.
Según el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, "si durante los últimos meses la prioridad de este beneficio fiscal ha sido el mantenimiento del empleo, ahora que se aprecian los primeros indicios de recuperación nuestro objetivo debe ser incentivar la inversión empresarial para favorecer la creación de nuevos puestos de trabajo".
La medida será directamente aplicable en el IRPF a los empresarios en estimación directa puesto que a éstos les es aplicable la normativa propia del Impuesto de Sociedades.
Exoneración de operaciones societarias
Para favorecer la capitalización de las empresas, el Gobierno aprobará, también, la exención total con carácter general y permanente de las operaciones societarias de ampliación de capital y de aportaciones de socios para reducir pérdidas en la modalidad de Operaciones Societarias del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, que el proyecto de Presupuestos para 2011 ya había declarado exentas en 2011 y 2012 para las Empresas de Reducida Dimensión.
"Esta medida supondrá una significativa reducción de costes para las empresas que decidan reforzar sus recursos propios, incentivando así el crecimiento empresarial", ha valorado Carlos Ocaña.
Con estas iniciativas, el Gobierno pretende conciliar el objetivo irrenunciable de la reducción del déficit con la configuración de un marco favorable para la actividad empresarial con el fin de impulsar el crecimiento. "Manteniendo el compromiso con la consolidación de las cuentas públicas, es necesario, ahora, adoptar medidas que impulsen también el crecimiento económico y la creación de empleo", ha explicado Ocaña. "Para ello es fundamental aumentar la confianza en nuestra economía mejorando las expectativas de las empresas e impulsando la inversión productiva, ya que las empresas constituyen el principal motor de nuestra economía y del empleo".
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