El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha asegurado a los agentes sociales que "si llegan a un acuerdo sobre flexibilidad interna, ni por parte del Gobierno ni del grupo socialista habrá ninguna dificultad para trasladarlo en forma de enmiendas" al proyecto de Ley durante su trámite en el Parlamento. "El diálogo debe continuar", ha recalcado.
En rueda de prensa para valorar el proceso de contactos antes de la aprobación de la reforma de la negociación colectiva, ha trasladado, por el contrario, un mensaje a los grupos parlamentarios: que el Gobierno no aprobará un sistema de ultraactividad que desproteja a los trabajadores. Así, ha especificado que el tiempo máximo para negociar la renovación de un convenio estará en una horquilla de entre 12 y 18 meses, en función de la complejidad del mismo.
Dicho esto, frente a la CEOE y los sindicatos, que han acusado al Gobierno de no incluir los acuerdos alcanzados hasta el momento de la ruptura de las negociaciones de la reforma, Gómez ha recordado que las partes no llegaron a realizar "un principio de acuerdo por escrito".
Además, les ha recordado que aún hay otros elementos en los que deben seguir negociando en el marco de la reforma, como el diseño de "un buen mecanismo de mediación y arbitraje".
"Ahí hay elementos fundamentales en los que pueden perfectamente avanzar en la negociación", añadió, para reiterar que la reforma diseñada establece que "el arbitraje debe ser organizado de tal forma que en los convenios sea un contenido mínimo".
LAS JUSTIFICACIONES
Además, ha explicado, con la vista puesta en los sindicatos, que el Gobierno ha cumplido en materia de ultraactividad y no la elimina, al tiempo que ha defendido que los convenios de empresa sólo prevalecerán por encima de convenios sectoriales provinciales, no de los nacionales y autonómicos. En este punto, ha explicado que la intención del Gobierno es que se reduzcan paulatinamente los convenios provinciales y un aumento de los convenios estatales o autonómicos.
Para los empresarios, ha defendido que la revisión de las flexibilidad es "la más atrevida y profunda" jamás realizada. Así, ha destacado que la reforma no sólo da más peso al convenio de empresa, sino que permite descuelgues salariales y más libertad para el empresario a la hora de cambiar las condiciones de trabajo. "No es una reforma hecha a la medida de las organizaciones sindicales", ha sentenciado.
En cuanto a los contactos mantenidos con los grupos parlamentarios, el ministro de Trabajo ha destacado que "la primera impresión ha sido razonablemente positiva", a lo que ha añadido que, "más allá del color de cada uno, ha habido voluntad de colaboración".
En cuanto al calendario de la reforma, Gómez ha dicho que, una vez aprobado el Decreto Ley, la intención es convalidarlo en el Congreso "lo antes posible" para tramitarlo con "urgencia" como proyecto de Ley.
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