Con estas cifras, España se sitúa lejos de países como Alemania, donde el 52% de empleados recibe algún formación. Los países nórdicos son los que más aprovechan los recursos destinados a la formación, ya que el 70% de los trabajadores asisten a cursos. "Nuestras empresas apuestan poco por la formación, pero la tendencia se va corrigiendo", explica la directora de Brainers, Gloria Rasero.
La demanda de formación dirigida prioritariamente a ocupados ha crecido un 30% en sólo un año. De hecho, según datos de la Fundación Tripartita, el número de empresas españolas que participa en programas de formación se ha multiplicado por 12 desde el 2004.
Tras analizar los cursos impartidos desde Brainers, la compalía concluye que los idiomas son la primera opción de formación que solicitan los trabajadores, con una de cada tres peticiones. La formación en prevención de riesgos laborales, las habilidades directivas y la ofimática representan el resto de las demandas formativas.
"Los idiomas y la prevención de riesgos son los más demandados, se están introduciendo nuevos cursos acordes con la demanda real de las empresas y la nueva normativa que rige en ellas. Es el caso de los cursos de interpretación de lenguaje de sordos o el curso de manejo del desfibrilador semiautomático", explica Rasero.
EUROPAPRESS
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