Jubilarse y seguir trabajando con un sueldo en España es muy difícil.
Hay muchos obstáculos para hacerlo. El Gobierno quiere remover parte de
ellos y pretende aprovechar la reforma parcial de pensiones que prepara (y que quiere tener aprobada en la primera quincena de marzo)
para hacerlo. Para ello, en el borrador del decreto ley ya redactado se
permite que los jubilados que sigan trabajando puedan cobrar hasta el
50% de la prestación que les corresponda. Estar retirado no eximirá de
seguir cotizando, aunque las cuotas a pagar bajarán mucho, según el
texto fechado el pasado 19 de febrero.
La compatibilidad no estará abierta a todos los trabajadores. Para
poder acceder a ella, habrá que tener una carrera de cotización
completa: 35 años y un mes en 2013 (este requisito irá creciendo
progresivamente hasta que en 2027 alcance los 38,5 años). Si cumple ese
requisito, el jubilado cobrará la mitad de la pensión que le corresponde
mientras lo compatibilice con el trabajo. Una vez retirado
definitivamente pasará a cobrar el 100% de la prestación que le tocaba
percibir en el momento en que se jubiló, es decir, las cotizaciones
adicionales no se traducirán en una mejora de la pensión.
La norma prevista también excluye a los funcionarios civiles y
militares que estén encuadrados en regímenes de cotización especiales
(Muface). Es decir, esta redacción no deja fuera al personal laboral de
la Administración ni a los funcionarios que cotizan en el régimen
general, básicamente los de Seguridad Social, comunidades autónomas y
Ayuntamientos. No obstante, el decreto ley que tiene preparado el
Ministerio de Empleo es un borrador y, por tanto, puede cambiar hasta
que se apruebe definitivamente.
Esto supondrá un cambio sustancial con la norma actual. Ahora es
compatible cobrar una pensión con el trabajo por cuenta ajena, si los
ingresos no superan el salario mínimo interprofesional. También es
posible, desde 2011, para los profesionales que trabajen por cuenta
propia y cuenten con mutuas en sus colegios.
En un país como España, en el que el desempleo es un problema casi
endémico, la compatibilidad entre pensión y sueldo siempre ha generado
controversia. No falta quien advierte de que esto supone restar
posibilidades de inserción laboral a los jóvenes, ya que los más mayores
no dejan sus puestos de trabajo. Estas voces han crecido durante la
coyuntura actual con el desempleo juvenil por encima del 55%.
Entre los sindicatos, esta modalidad tampoco genera entusiasmo ya que
piensan, como norma general, que este tipo de trabajadores jubilados
pueden resultar más baratos para las empresas e incentivar un proceso de
sustitución. Este es uno de los riesgos que la redacción actual no
evita y eso se aprecia en el pago de las cuotas sociales.
Ahora las cotizaciones actuales de un trabajador por cuenta ajena
suponen el 36,25% sobre la base de cotización (6,3 puntos los paga el
trabajador, el resto el empresario). La previsión para quienes
compatibilicen trabajo y pensión es un 8% (el 2% a cargo del empleado)
de “cotización especial de solidaridad”.
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