Al margen de las cifras que pueda manejar el Ministerio de Economía y Hacienda las últimas disponibles para el resto de observadores son las de Septiembre del año pasado; y se agrupan en varias categorías: los datos individuales de las 6 ciudades más grandes (Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza), el resto de capitales de provincia agrupadas, el resto de ayuntamientos, diputaciones de régimen común, diputaciones forales vascas, consejos y cabildos insulares y, por último, ciudades autónomas.
La primera conclusión que se extrae de las cifras a Septiembre es que en este apartado todavía queda bastante trabajo por realizar, porque la evolución de esta deuda excesiva no muestra un cambio de tendencia consistente. Bien es cierto que, en sí misma, no supone un gran peso en el conjunto total del sector público, es decir, siendo mejorable, no es el mayor mal de nuestra economía: a Septiembre de 2012, la deuda de todas las corporaciones locales equivalía al 4,15% del PIB (frente a 66% de la administración central y 8% de las comunidades autónomas), en euros, 44.000 M. Pero es una partida que está creciendo desde 2008, coincidiendo con los peores momentos de la crisis, habiendo duplicado el peso relativo que suponía antes de ésta: en 2007 era el 2,8% del PIB (29.400 M €).
El programa de pago de facturas pendientes de años anteriores a los proveedores de las administraciones públicas que se aplicó a comienzos de 2012 también llegó a los ayuntamientos, por un importe total de 9.300 M € que, como se sabe, debería haberse contabilizado en los años de la crisis; haciendo la misma corrección de la serie que comenté para el caso de las comunidades autónomas (repartir esa cantidad proporcionalmente al peso medio de cada ayuntamiento en el conjunto de las administraciones locales en los ejercicios previos) se obtiene una visión más real de la evolución de esta deuda. Pero el panorama final en septiembre de 2012 no es tan optimista como podría esperarse, especialmente si se anualiza ese dato (es decir, se estima que los últimos tres meses del año pasado hayan sido como la media de los nueve primeros):
- Las 6 ciudades más grandes acumulan la cuarta parte del conjunto de la deuda excesiva de las corporaciones (11.700 M €); la tendencia hasta Septiembre apunta a que cerrará 2012 en 12.200 M, creciendo 1.100 M en el año, o lo que es igual, un 23% más que al inicio de la crisis.
- El resto de capitales de provincia aportan el 10% de la deuda excesiva de corporaciones locales, es decir, 4.400 M €; ha crecido un 32% desde el inicio de la crisis; y la situación de septiembre, corrigiendo el desfase contable de las facturas impagadas de proveedores, apunta a que mantendrá ese nivel en Diciembre, creciendo escasamente 100 M € en el año.
- El conjunto de ayuntamientos españoles que no son capital de provincia acumulan el 46% de la deuda de las corporaciones locales (20.100 M €); con la corrección contable citada, serían 16.200 M € a Septiembre; pero esa tendencia apunta a que cierren Diciembre con 21.600 M €, lo que supondría un 70% más que antes de la crisis, y 6.000 M € más acumulados tan sólo en 2012.
- Las diputaciones de régimen común tenían 3.200 M € de deuda antes de la crisis, y posiblemente concluyan el año en 3.900.
-Las diputaciones forales vascas pasarían de 1.500 M € a 2.400 M €, es decir, un 60% más que antes de la crisis.
-Los cabildos insulares mantendrían una relativa estabilidad: 918 M antes, y 925 M € posiblemente, a final de 2012, reduciendo el saldo 50 M en el año.
-Las ciudades autónomas, pasarían de 136 M € a 422 M €, es decir, su deuda excesiva casi se habrá triplicado durante estos cuatro últimos años.
-Todo ello hace que el saldo acumulado de la deuda de las corporaciones locales pueda concluir 2012 en 46.000 M €, habiendo crecido un 45% durante la crisis, y 7.500 M € este último año.
Como siempre, tengo que disculparme por tantas cifras, pero son inevitables si se quiere conocer la situación; creo que las conclusiones son poco optimistas o, desde luego, bastante menos de lo que se podría esperar, incluso corrigiendo el asunto de las facturas de proveedores pendientes de pago de años anteriores; como he comentado al inicio, sin ser las corporaciones locales el componente más pesado de la deuda de las administraciones, no se está corrigiendo la situación al ritmo deseable para cumplir el compromiso de consolidación fiscal, y parece que este último año ha aflojado el control.
Y aunque las cifras agregadas suelen ser injustas, porque mezclan a cumplidores e incumplidores, parece claro que la corrección resulta especialmente necesaria en el conjunto de los ayuntamientos no capitales de provincia, las diputaciones forales y las ciudades autónomas.
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