Ahora que parece que estamos comenzando a salir de nuestra profunda depresión – aunque el camino aún es largo y doloroso, dada la inaceptable tasa de paro que sufrimos –, es necesario, más que nunca, una mirada estratégica al futuro por venir. La prospectiva es una ciencia incierta y arriesgada, más propia de los think tank anglosajones que de nuestra cultura hispánica. Por eso, se agradece que equipos de muy alta cualificación profesional reflexionen sobre los escenarios económicos, sociales e internacionales más destacados y probables en los que nos tocará desenvolvernos durante estos próximos años. Al menos eso es lo que pretende la iniciativa España 2033 impulsada por la consultora pwc, con Jordi Sevilla al frente, que pretende construir y analizar posibles escenarios de futuro para España enfocadas en 12 aspectos diferentes. Ya se presentó el informe de la economía, y ahora acaba de salir a la luz el segundo trabajo, España en el Mundo 2033.
Adivinar el futuro es tarea imposible. El estudio no pretende sustituir a los augures y adivinos de bola de cristal, sino que simplemente esboza las principales tendencias que ya están movimiento el mundo y los escenarios más probables en los que España deberá desenvolverse. El estudio lo prologa Javier Solana y, dado su evidente interés, voy a tratar de resumirlo en pocas líneas.
Después de analizar cuatro futuros escenarios internacionales distintos, el informe otorga la mayor probabilidad al que contempla la creación de grandes bloques económicos que limitarán algo el libre comercio global tal y como lo hemos entendido durante estos últimos años. Hasta 2033 asistiríamos a un paulatino retroceso de la actual globalización mundial, dado que se incrementará un nuevo concepto de proteccionismo: los bloques económicos-políticos competirán entre sí con cierta tendencia a proteger el intercambio de bienes o servicios, aunque impulsando los flujos de inversiones directas. Se impondrán ciertas trabas al libre comercio pero se facilitará la inversión en producción local, lo que supondría un importante cambio estratégico para las grandes firmas internacionales. Estas medidas proteccionistas reducirán el potencial de crecimiento económico mundial, aunque pueden suponer un alivio para el sistema social europeo, que se verá menos presionado.
Europa continuará avanzado en su cohesión económica y política, aunque no llegará a constituir los Estados Unidos de Europa. España, a través de su aportación en esta Europa seguirá siendo un actor presente en el debate mundial. Este escenario de bloques tendrá aspectos positivos para España, más volcada en el mercado europeo. El retorno de la inversión productiva e industrial tendrá a España como uno de sus principales destinos, lo que unido al clima y calidad de vida supondrá un atractivo para el talento y la multiculturalidad.
Asimismo el informe determina las seis grandes tendencias que transformarán al mundo de aquí a 2033:
- La geopolítica: un partido sin árbitro. El mundo se hará más multipolar, con pérdida del poder hegemónico y solitario que ha mantenido EEUU y sus socios occidentales.
- La economía mundial: un nuevo equilibrio orientado al Pacífico. EEUU y las nuevas potencias orientales se convertirán en las locomotoras del crecimiento mundial. Europa perderá protagonismo económico a favor de ese nuevo eje geográfico.
- La innovación como base de todo: la innovación y la creatividad serán los motores de las empresas en la era de las nuevas tecnologías. La lucha por el talento y la movilidad geográfica crecerán bajo este paradigma.
- La estructura social: un individuo más autónomo. Más libertad individual frente a los estados, pero riesgos bajo el poder de las nuevas redes digitales.
- La demografía: longevos, urbanos y en movimiento. Caída de la natalidad e incremento de las esperanza de vida marcará la tendencia de envejecimiento. Continuará el crecimiento urbano, las migraciones internas y externas. Asistiremos a un avance significativo de las mujeres en las diversas sociedades.
- Sostenibilidad: menos recursos y más costosos. Aumentará la presión sobre los recursos naturales por el incremento de la población mundial y el ansia de consumo de las nuevas clases medias emergentes. El acceso a los recursos naturales y al agua será fuente de conflictos y prioridad geopolítica de los bloques y naciones.
En vista de estas tendencias y del escenario más probable, el informe España y el Mundo 2033 finaliza con una serie de recomendaciones tanto para las Administraciones Públicas como para las empresas que, dado su interés, me permito reproducir a continuación:
Recomendaciones para las Administraciones Públicas | Recomendaciones para las Empresas |
Una política exterior más ancha de miras, dando mayor protagonismo a Asia, sin perder nuestra base latinoamericana. | Ahondar en la internacionalización de las empresas. Interiorizar su carácter estratégico. Mejorar análisis de riesgo y dotarse de “diplomacia corporativa” |
Proporcionar un entorno fértil para la innovación y la productividad. | Impulsar la multilocalización empresarial y el posicionamiento en las economías emergentes. |
Compensar los efectos del envejecimiento y preservar el Estado del Bienestar. | Capital humano flexible y multicultural. Gestión interna de la diversidad en RRHH y presencia de extranjeros en Consejos de administración y dirección. |
Invertir en capital humano y reducir la brecha generacional. Marco educativo que impulse el talento. | Centrarse en los grupos sociales emergentes y en los nuevos patrones de consumo. |
Afianzar la cohesión social y la calidad institucional. | La empresa como agente responsable también en lo político y social. |
No sabemos si el mundo será tal y cómo nos lo dibuja el informe. Pero no cabe duda que la lectura y reflexión de sus contenidos nos ayudará a prepararnos mejor para un futuro que ya tenemos entre nosotros. La mirada estratégica de largo plazo no es cosa tan sólo de americanos e ingleses, también los españoles disponemos ya de herramientas de prospectiva para alumbrar ese futuro incierto. Gracias a los impulsores de la iniciativa y a los autores por arrojar luz sobre las sombras de nuestro desconcierto.
Manuel Pimentel
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