El mundo económico y financiero gritó a los cuatro vientos la señal de recuperación, sin embargo, el panorama ha sido ensombrecido por las cenizas provenientes de Islandia, el derrame de crudo en el Golfo de México, pero sobre todo, por la amenaza de bancarrota que desde Grecia pudiera extenderse a otros países europeos. Y de nueva cuenta las consabidas recetas que sacrifican a los trabajadores mediante dudosos planes de austeridad, y aunque se manifieste que también se afecten a los funcionarios, la igualdad se encuentra fuera de lugar. Porque la estructura del laberinto exige del trabajo, e incluso, de la vida, de hombres y mujeres pero no de unos pocos sino de muchos. El exceso o demasía es su característica, engulle todo, desde las esperanzas y sueños por una vida mejor hasta los fondos públicos, de ahí el incremento colosal de las deudas públicas y de las sumas estratosféricas de los rescates financieros, a una sociedad que quizá carece de futuro. Así, la globalidad ha colocado ha Europa, y posiblemente al mundo entero al borde del precipicio. Porque, quién y cómo se garantiza que no se repita la historia, “Se puede leer en la prensa de estos días que Grecia ‘engañó’ a Eurostat (!)… ¿sólo Grecia?” como afirma Javier Grandio (www.fiscalizacion.es en Publicado el nuevo Plan General de Contabilidad Pública, 28 de abril de 2010). Y efectivamente, las instituciones de control y fiscalización han estado más sumergidas en las apariencias que en develar la verdad.
Si en realidad se contara con instituciones garantes de la fiscalización, la rendición de cuentas y la transparencia, no se estuviera en la circunstancia actual. Pero tal parece que en el campo de la auditoría y la contabilidad no ha habido crisis, continúan con su discurso habitual, por ejemplo, el tema principal de la jornada del 29 de abril de 2010, organizado por el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña, ha sido “Colaboración de los auditores con los órganos de control de sector público”, y se reitera que las Normas Internacionales de Auditoría “refuerzan la información financiera de gobiernos y organismos”, y en el paroxismo Antonio Minguillón Roy, cita “En el pasado, la auditoría en los sectores público y privado pertenecían a dos mundos diferentes, pero ahora esos mundos separados se han unido en este camino único sobre una base global” Clacs Norgren, Auditor General de Suecia (www.auditors-censors.com Normas Técnicas de Fiscalización de los OCEX, 29 de abril de 2010). Ésta concepción dominante ha dado lugar a la supuesta convergencia, que se acepta incondicionalmente en foros y congresos de auditoría pública. Pero es un error, la auditoría pública no ha surgido como una actividad y con un campo de estudio independiente, desde su origen adoptó la terminología y visión de la auditoría privada, por esto afirmo que, lo que se conoce como auditoría pública o fiscalización es la extensión de la auditoría empresarial. La crisis en Grecia evidencia la debilidad de la auditoría, la fiscalización, y de las instituciones de control.
Y ante ello, las instituciones rectoras de auditoría y fiscalización vuelven a callar. Su respuesta es la habitual, porque han sido diseñadas para obedecer al poder. Y al poder no le interesa que se clarifiquen los caminos del laberinto contable y presupuestal, dado que desentrañarían que la bestia de la corrupción mora en su interior.
No todos los caminos conducen a la lucha contra la corrupción. Como el nuevo Plan General de Contabilidad Pública (España), o las Normas y Metodología para la emisión de Información Financiera y estructura de los Estados Financieros del ente público (México), aunque prometan que desean cumplir con la simplificación, facilitar la fiscalización, la rendición de cuentas, y la transparencia. Porque su héroe no es Teseo, si no el simple Deseo. Por esto el camino de la fiscalización en el combate contra la corrupción ha sido construido con buenas intenciones. Como también cuando se apela a la ética, a la ciudadanía, y a otras causas externas, pero que tienen en común, alejar a la auditoría y a la fiscalización en el tema central de problematización.
Si en el Monte Olimpo se gestó la cultura occidental, resulta paradójico que la serpiente está a punto de morderse su propia cola, y luego entonces, quizá presenciemos el fin de un ciclo, y el nacimiento de nuevas formas en el convivir.
Mario Alberto Gómez Maldonado
Si en realidad se contara con instituciones garantes de la fiscalización, la rendición de cuentas y la transparencia, no se estuviera en la circunstancia actual. Pero tal parece que en el campo de la auditoría y la contabilidad no ha habido crisis, continúan con su discurso habitual, por ejemplo, el tema principal de la jornada del 29 de abril de 2010, organizado por el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña, ha sido “Colaboración de los auditores con los órganos de control de sector público”, y se reitera que las Normas Internacionales de Auditoría “refuerzan la información financiera de gobiernos y organismos”, y en el paroxismo Antonio Minguillón Roy, cita “En el pasado, la auditoría en los sectores público y privado pertenecían a dos mundos diferentes, pero ahora esos mundos separados se han unido en este camino único sobre una base global” Clacs Norgren, Auditor General de Suecia (www.auditors-censors.com Normas Técnicas de Fiscalización de los OCEX, 29 de abril de 2010). Ésta concepción dominante ha dado lugar a la supuesta convergencia, que se acepta incondicionalmente en foros y congresos de auditoría pública. Pero es un error, la auditoría pública no ha surgido como una actividad y con un campo de estudio independiente, desde su origen adoptó la terminología y visión de la auditoría privada, por esto afirmo que, lo que se conoce como auditoría pública o fiscalización es la extensión de la auditoría empresarial. La crisis en Grecia evidencia la debilidad de la auditoría, la fiscalización, y de las instituciones de control.
Y ante ello, las instituciones rectoras de auditoría y fiscalización vuelven a callar. Su respuesta es la habitual, porque han sido diseñadas para obedecer al poder. Y al poder no le interesa que se clarifiquen los caminos del laberinto contable y presupuestal, dado que desentrañarían que la bestia de la corrupción mora en su interior.
No todos los caminos conducen a la lucha contra la corrupción. Como el nuevo Plan General de Contabilidad Pública (España), o las Normas y Metodología para la emisión de Información Financiera y estructura de los Estados Financieros del ente público (México), aunque prometan que desean cumplir con la simplificación, facilitar la fiscalización, la rendición de cuentas, y la transparencia. Porque su héroe no es Teseo, si no el simple Deseo. Por esto el camino de la fiscalización en el combate contra la corrupción ha sido construido con buenas intenciones. Como también cuando se apela a la ética, a la ciudadanía, y a otras causas externas, pero que tienen en común, alejar a la auditoría y a la fiscalización en el tema central de problematización.
Si en el Monte Olimpo se gestó la cultura occidental, resulta paradójico que la serpiente está a punto de morderse su propia cola, y luego entonces, quizá presenciemos el fin de un ciclo, y el nacimiento de nuevas formas en el convivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario