En el contexto socio-político-institucional español todos los actores se podrían agrupar ahora mismo en únicamente dos categorías: los que mueven los hilos y las marionetas. Los primeros son poquísimos, pero manejan el percal a su antojo. El resto somos todos los demás, la inmensa mayoría. Una especie de apartheid que se basa en la pura manipulación. Un sistema apoyado en el opio (fútbol, telebasura), en la hipocresía, y en la mentira (política y mediática; y por cierto, no hay tanta diferencia entre ambas). Al final, ni los «buenos» son buenos, ni los «malos» aparecen como tales hasta que se necesita un chivo expiatorio; mientras que otros (normalmente los peores) se libran ad aeternum. El caso es que hay pactos oscuros y ocultos entre, por ejemplo, PP y PSOE. No, no se llevan tan mal como parece, créanme.
El sistema político dualista que de alguna forma se ha implantado de forma oficiosa en España es, cuanto menos, un tanto dudoso. Con el argumento del «voto útil» resulta que no tenemos un Presidente (en el Estado) de «otro partido» desde Calvo Sotelo. No decimos que el próximo o próxima deba serlo, pero eso de que sea imposible en nuestra opinión le resta valor a la democracia. El caso es que llevamos tiempo diciéndolo: «Me resulta ya cansino lo de «izquierdas» o «derechas», y no digamos ya lo de PSOE o PP, Madrid o Barça, carne o pescado, black or white... Huyamos de los dualismos: seamos independientes y votemos a tres partidos distintos en cuatro procesos electorales consecutivos (el cuarto podría ser en blanco, o incluso nulo); vayamos aunque sea en un sólo partido de fútbol (y además amistoso) con el más débil; y permitámonos el lujo de comer de todo (o casi), que bien administrado no engorda, e incluso adelgaza.» («Réplicas (de replicar)» ), publicado en el blog de espublico el 03.03.2009).
Insisto. PP y PSOE son mucho más amigos de los que parecen, y se unen contra enemigos comunes «oficiales» (terrorismo, medio ambiente, delincuencia, crisis) pero también contra enemigos «oficiosos» y muchas veces anónimos que les inquietan lo mismo o más. De los anónimos, por desconocidos, no puedo hablar, pero les aseguro que personas válidas como Rosa Díez les tocan bastante las narices. Hace 20 años era Mario Conde: ¿alguien ha analizado cómo pasó del cielo al infierno con tanta celeridad? El mismo Jesús Gil, al que por supuesto no voy a defender, era un ejemplo claro de «tocanarices». No era precisamente un dechado de ética, pero sin duda recibía más ataques por resultar incómodo a PSOE y PP (al fin y al cabo ostentaba la Alcaldía de un municipio importante) que por vulnerar la legalidad. Alguien dirá que PSOE y PP también se denuncian de vez en cuando, e incluso con frecuencia entre ellos, y que de alguna forma se «autocontrolan». Mentira. Paripé: te saco la trama del Gürtel, te pillo a Bermejo cazando (sin licencia de caza) con Garzón, etc, etc, pero «lo gordo» que no salga. En cuanto a los integrantes del poder judicial, resulta que por un lado se les pide independencia, pero cuando se meten «con quien no deben» entonces prevarican. Alguien pensará que hablo precisamente de Garzón, pero yo me acuerdo mucho de Gómez de Liaño…
Cambiando de tema, y retomando la breve referencia al dualismo en el fútbol, personificado en Real Madrid y Barça, sabemos que han pactado crear una «Liga Élite» (para los que les interese, consistiría en convertir la actual LFP en una especie de Premier League). No es este nuestro punto fuerte, pero parece ser que el tema tiene que ver (cómo no), con los derechos televisivos. Bien, en todo caso vemos una vez más cómo dos (los dos grandes, obviamente), están tomando y prácticamente imponiendo acuerdos que afectan a otros, los cuales tienen mucha menos participación en la toma de decisiones y, por supuesto, en su parte del pastel. ¿Ven? Cuando les interesa estos dos tampoco son tan enemigos.
Y volviendo a la política, en este caso local, doy fe (al fin y al cabo uno es Secretario) cómo PP, PSOE y hasta Los Verdes votaron unánimemente a favor en un punto del orden del día plenario cuyo objeto era modificar el PGOU para propiciar una actuación consistente en urbanizar, en «suelo no urbanizable protegido», una zona residencial en primera línea de playa (más bien «cala» en este caso) coronada por un Hotelazo de veinte estrellas. La Ley es muy clara: no se puede urbanizar en «suelo no urbanizable protegido», ya que dicho suelo no se puede reclasificar a «urbanizable». En cuanto a Los Verdes, si algún sentido tienen es que se supone que abogan en defensa de la Naturaleza. Sin embargo en esa actuación que les parecía tan bien se talaron árboles y murieron ardillas. Vergonzoso. Cuando digo una cosa cómo ésta no falta quien me argumenta «esto es política, la política es así». Pues bien, este tipo de política me da arcadas. De verdad.
En fin, políticos y medios nos manipulan, porque el objetivo de los que mandan es únicamente repartirse el pastel. Mientras, la gente está crispada, partiéndose la cara por unos y por otros (a veces literalmente). Pero simultáneamente, tipos lustrosos que delante de la tele se insultan, cierran pactos interesados en caros restaurantes (a esto le llaman «almuerzos de trabajo») entre risas, bogavantes y champán. Al menos tendrán colesterol. Me alegro.
Víctor Almonacid Lamelas
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