La crónica de hoy sale de las venas y bien está porque ayuda a comprender que la Justicia y el Derecho no siempre cabalgan juntos y que hay injusticias frente a las que solo cabe el alarido desgarrado. En este caso, hablaré dejando a un lado la toga, el birrete y las leyes para hablar con las venas abiertas del avatar de un amigo frente a la Administración a la que servía.
Si no está tu padre, hay quien te aconseja; si no tienes pareja, quien te escucha; si no tienes profesor, quien te enseña; si no tienes ideas quien te las sugiere, y si cuestionas este mundo ingrato, quien te enseña el lado divertido de la vida. Todos esos papeles ha jugado en mi vida Juan Manuel del Valle y por eso os invito a leer una sentida pero dura crónica. Que cada uno saque sus conclusiones.
1. De nada sirve que estuviera a tiro de cumplir 30 años en su puesto y universidad y que este fuera el cuarto Rector al que servía en puesto de libre designación, porque no son de contar siquiera los Vicerrectores, Gerentes, Secretarios Generales y Gerentes a los que alivió sus tareas.De su Universidad y de las restantes. Ni las gentes del Ministerio y las Consejerías competentes. Era el decano, el más antiguo en el cargo, de todas las universidades. Si hay que cesarte, te cesan.
Y a Juan Manuel del Valle le han cesado el mismo día que se reincorporaba de superar un cáncer, del que algún médico dice que le vino por la excesiva entrega al trabajo, de ganarle tiempo al sueño para llegar a punto a todo, como llegaba. No sin costes, como se ha podido ver.
2. De nada sirve la excusa de que se había implicado poco en los 301 despidos que el año pasado asolaron al Personal de Administración y Servicios de su Universidad con la coartada de la crisis. Mas bien cumplió la obligación legal de abstenerse en el asunto al tener un hijo implicado en ello, que al despido fue según las reglas fijadas y sin reproche de Juan Manuel, por cierto, que acató con profesional silencio.
3. De nada sirve haber sido el primer responsable de Asesorías Jurídicas de universidades al que los Secretarios Generales rogaron que acudiese a Jerez a contar cómo se organiza este tipo de dependencias en la primera reunión que estos cargos tuvieron en España. De nada haber ido un buen número de veces más a impartir doctrina sobre los problemas que han venido afectando a las Secretarías Generales durante los últimos años. De nada haberlo hecho también y desde antes respecto a las Gerencias. Tampoco ha servido de nada haberlo hecho a los propios Rectores en la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE). Y a los Defensores Universitarios. Y a los sindicatos. Y a varias Universidades de una en una.
Y en cualquier foro, su incuestionable autoridad jurídica o moral, le llevó a ser llamado para emitir su parecer, como atendido era su criterio jurídico cuando acudía.
Lo sé muy bien porque hemos compartidos miles de “horas de vuelo” en el Derecho y en los foros que sería fatigoso recordarlo.
4. Irrelevante ha sido que nunca quisiera dejar su Universidad para cubrir otros puestos más laureados en otras Administraciones. Los cantos de sirena de otras Universidades, entidades y bufetes no consiguieron arrancarle de su despacho en la Politécnica por su admirable sentido de la lealtad .
5. De nada han servido, ciertamente, tantas publicaciones, conferencias y cursos organizados e impartidos para bruñir gestores universitarios desde la década de los noventa, en tiempos de incertidumbre, en que la Universidad española entraba a asumir una autonomía llena de enigmas jurídicos, que Juan Manuel aclaraba o sorteaba con imaginación y rigor. No hay especialista en la materia que le desconozca ni publicación universitaria seria que no lo cite.
Recuerdo infinidad de ocasiones en que sus palabras calmosas de un plumazo me dejaban asombrado al mostrarme un detalle o enfoque jurídico que zanjaban cuestiones que se me ofrecían insolubles.
Recuerdo infinidad de ocasiones en que sus palabras calmosas de un plumazo me dejaban asombrado al mostrarme un detalle o enfoque jurídico que zanjaban cuestiones que se me ofrecían insolubles.
6.Tampoco sirve que cuando la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) apenas asomó tímidamente su cabeza para lanzar un breve comunicado para objetar el entonces naciente proyecto de Ley Orgánica de Universidades, Juan Manuel organizara, coordinara e impulsara un “escuadrón jurídico” de expertos en Derecho Universitario, que llevó a cabo una completa, laboriosa y fructífera crítica al texto, alguno de cuyas propuestas acabó en la Ley y allí subsiste para mayor gloria y eficacia de la Universidad pública.
De nada, igualmente, que preparara un borrador de texto de Estatutos a dictar en su marco, del cual muchas Universidades tomaron cuenta y razón. O sus contribuciones a las singularidades de la contratación de investigación de la Universidad, o sobre las Fundaciones y entes satélite.
La pluma de Juan Manuel provocaba brisas y vendavales en Universidades y Tribunales.
7. De la misma manera pasó al olvido que elaborara algún borrador de proyecto de Ley de alguna Comunidad Autónoma de desarrollo de la Ley de Universidades. Ni que también hiciera borrador y explicara y ayudara a hacer alguno de los primeros Convenios Colectivos de Personal Docente e Investigador de universidades. De nada tantos consejos impartidos a consultas recibidas desde cualquier lugar sobre la cosa universitaria.Y de tantas ayudas a colegas, en lo profesional y en lo personal.
8. ¡Pobre iluso! No podía servirle cumplir y superar su jornada de trabajo en la universidad que hoy le manda al retiro. Poco podía imaginar que su futuro profesional quedaba en manos de quien hace bien poco fue opositora sin excesiva holgura ante un Tribunal en el que estaba, como en tantos otros de toda España, Juan Manuel. Hay un dicho universitario que refiere que cuando alguien te ataca es porque le hiciste algún favor. Pero a veces, hasta sin motivo. Y es que la generosidad no queda impune.
9. De nada ha servido todo lo dicho y más, que el temple de una persona lo da el número de los que le quieren y admiran, el número de aquellos a los que ha ayudado, de aquellos a los que ha servido.
Y el metro de medir, el objetivo a alcanzar en estos casos y estos sitios era Juan Manuel. Su temple sacó adelante los Cursos de Régimen de Universidades y los Seminarios de Aspectos Jurídicosde la Universidad. Sin olvidar la estructura organizativa que le sucedió, y de la que fue su primer presidente, la pionera Asociación para el Estudio del Derecho Universitario (AEDUN). Que supo dejar que anduviera sola cuando ya podía mantenerse en pie, cuando a cualquiera le tienta el reto de mantenerse, de gozar de los dividendos del éxito.
10. La Universidad Politécnica de Madrid (“su” Universidad) se lleva por delante a uno de los suyos, de los que la han construido en los últimos años, para poner a quien le ha empujado a empellones, a quien de él ha aprendido lo que no sabía. Lo que no aprenderá su verdugo es de la gentileza de Juan Manual de irse en silencio a un puesto lejano al que no llegará el olvido, porque hay gente que deja huella.
Pensaba que me quedaba poco para asombrarme de la condición humana y de la capacidad de la administración para ser juguete de personalismos. Me equivoqué.
En fin, lo que digo es cierto y lo sé de primera mano, como testigo de excepción. Los que también lo sabéis, deberíais escribirlo aquí, porque las palabras hacen injustos los silencios. Dilo y que se sepa. Hay gente para la que el olvido es injusticia.
Y la ignominia con la gente que ha hecho historia en la Universidad, en “su” Universidad, en los libros y en los foros, sembrando amigos por doquier, impone que debamos dejar constancia de nuestra gratitud. Por eso le dedico esta entrada y por eso os invito a plasmar con letra vuestra valiente voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario