La mayoría de las Administraciones Públicas están presente en redes sociales, pero suele ser de forma testimonial. Pocos saben cómo sacar provecho de esta herramienta fundamental para la comunicación en el siglo XXI. Uno de los principales errores es que todos suelen conformarse con contar con un perfil en Twitter, Facebook o Linkedin que utilizan para colgar informaciones. Pero, hágase estas preguntas: ¿Realmente saben si ese esfuerzo merece la pena? ¿Está seguro de que lo que dice en esos perfiles le interesa a los internautas?
Para dar respuesta a estas cuestiones es necesario que las páginas de las Administraciones Públicas en redes sociales no cometan los errores que enumeramos a continuación, y que demuestran que si se cometen las cosas no funcionarán. ¿Solución? Girar la estrategia en este campo para que sus esfuerzos no caigan en saco roto.
- No tener en cuenta las críticas. Las redes sociales es un mundo poblado por gente muy diversa. Por ese motivo, es habitual que a nuestros perfiles lleguen comentarios negativos. Y mucho más si estamos hablando de una administración que, por lo general, no suelen traer de seria una imagen demasiado positiva. Si se encuentra con ese problema, usted debe responder y tratar de que el internauta en cuestión cambie de parecer. Lo que nunca debe cometer es el fallo de obviar o borrar el contenido ofensivo para sus intereses. Si lo hace, será mucho peor.
- Poca actualización de los perfiles. El gran fallo de la administración en el mundo de las redes sociales es no ser constante a la hora de subir informaciones. Al principio, suele haber bastante interés y eso se nota en el número de informaciones colgadas. Pero al poco tiempo, las ganas se terminan y las actualizaciones empiezan a decaer. Esto es un gran fallo. Si se pierde la costumbre de cambiar regularmente el perfil, se corre el riesgo de que los seguidores (aunque sean pocos) se aburran y dejen de visitarle.
- Utilizar todas las redes sociales como si fueran la misma. No se debe caer en el error de ver a Facebook, Twitter, Google+, Linkedin o Instagram como algo unitario. Cada una de estas redes sociales tiene objetivos y usuarios diferentes. Eso obliga a seguir una estrategia distinta en cada una de ellas. Por tanto, utilizar el mismo mensaje en todas nos conduce al fracaso más absoluto en el mundo social .Tampoco es muy aconsejable utilizar automatismos en general, ya que indican escaso interés.
- Sin estrategia. La buena imagen de una corporación pública se puede ir al traste si no se establecen un conjunto de medidas básicas a la hora de controlar la presencia en las redes sociales. Sin este tipo de documento es fácil que nuestros perfiles se llenen de comentarios negativos que afectarán a la imagen global.
- Seguidores en punto muerto. A pesar de actualizar el perfil de manera continuada usted comprueba que el número de seguidores no crece. Eso es un problema que le demuestra que hay algo que está haciendo mal. Quizá el problema esté en el contenido de sus informaciones o en cualquier otro lugar. Pero si no lo soluciona, no podrá decir que su perfil en el mundo social es un éxito.
- Solo información. La palabra social es una pista determinante. En estos medios lo más importante es la conversación entre los usuarios. Por tanto, limitarse a colgar notas de prensa y olvidarse de dar respuesta a los comentarios es un error fundamental que origina la catástrofe de nuestros perfiles. Por tanto, la Administración que quiera obtener un rédito positivo de este campo no debe conformarse solo con transmitir, sino que debe contestar y promover el debate.
- Tardar demasiado tiempo en responder. En estos canales prima la velocidad de acción y si usted tiene una consulta a través de alguno de sus perfiles y no la contesta rápidamente empeorará los posibles beneficios.
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