jueves, 26 de diciembre de 2013

Sentencias que matan pájaros a cañonazos

En Derecho Romano se aprende aquello de que “el pretor no conoce de pequeñeces”(de minimis non curat praetor)  y sin embargo hoy día la Justicia española tiene que resolver litigios que bien podrían zanjarse de raíz y sin pasar a los estrados con una dosis de prudencia y sentido común por los implicados. Veamos los supuestos y dos recientes casos muy llamativos.
1. Básicamente tales pleitos sobre simplezas, naderías o disparates, responden a tres tipos.
 A) Un primer bloque son los litigios promovidos por los querulantes ( a los que me referí en unpost anterior), esto es, personas que disparan judicialmente a todo lo que se mueve pues son una mutación genética de justiciero y avispa ( con tiempo y dinero para estas aventuras). El caso extremo es el del querulante que además es abogado con lo que la fiebre impugnatoria crece. Un ejemplo reciente nos lo brindaba la noticia de la inhabilitación en Valencia de un abogado por plantear infinidad de demandas sin fundamento, que colapsaban los Juzgados, lo que han llevado al Tribunal a plantear su inhabilitación para actuar ante el mismo.
 B)  Un segundo bloque son los litigios planteados o sostenidos por “el fuero en vez del huevo”.Son asuntos en que el honor, la dignidad o una convicción íntima le llevan a plantear el litigio aunque económicamente resulte ruinoso. Por ejemplo, los casos en que alguien se siente atropellado por la autoridad pública o con su versión en entredicho (ej.multa cuando el denunciado sabe que es inocente).
 C) El tercer bloque son los litigios que son fruto de dos ignorancias: la del promotor del pleito y la de su abogado. Son los casos, afortunadamente excepcionales, en que por ignorancia ambos prescinden del diálogo o de vías sencillas para solventar el litigio: mediadores, recursos administrativos, denuncias ante organismos en vez de litigios ( defensores del pueblo, oficina de consumidores, etc). El resultado es que se ven embarcados en un viaje judicial hacia ninguna parte.
2. En esta línea, me tropecé con la lectura de una reciente Sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo num.6 de Bilbao de 30 de Septiembre de 2013 (rec.3/2013) que aborda la impugnación por un sindicato de auxiliares de enfermería frente a la Administración sanitaria, en que “La cuestión de fondo trata de dilucidar a quién corresponde- si a las auxiliares de enfermería o a los ordenanzas- sacar las bandejas de acero de los contenedores de plástico y colocarlas en los carros de reparto, para su posterior traslado hasta el comedor donde proceden al emplatado y servicio a los pacientes. La problemática sólo se plantea en el Edificio Rojo siendo que en el resto de pabellones son los operarios de Servicios Generales- ordenanzas- quienes realizan dicha labor”.                                         
   No digo que la cuestión no tenga su importancia para las partes ( de hecho la jurisdicción social está plagada de litigios sobre competencias de cada categoría), pero sospecho que en el caso expuesto había marea de fondo y la paciencia llegó a un límite, posiblemente a raíz de alguna tensión insostenible; intuyo que dialogando directivos sanitarios y delegados sindicales ( o bien en el seno de una Comisión paritaria o negociadora) podría alcanzarse una solución, sin necesidad de judicializarlo; es más, si existen numerosos hospitales y solo se plantea en un pabellón (Edificio Rojo), me temo que estamos ante un pleito cuyo origen es la cabezonería, soberbia o malentendido de alguien.
 Lo cierto es que la sentencia zanja espléndidamente el litigio con claridad y soltura jurídica, aunque es llamativa la coletilla final: “ Por la complejidad del tema analizado no se imponen las costas a ninguna de las partes”.
 3. En fin, que a la hora de plantear pleitos bien estaría recordar el juicio de Salomón, donde la solución del juez de partir el bebé disputado por dos mujeres no beneficia a nadie y bien podía solucionarse el conflicto si alguien reconociese su error y cediese frente al sentido común.
    Sin embargo, me temo que si hicieron falta siglos para convencer al pueblo de que la tierra giraba alrededor del sol ( y no a la inversa) pese a la evidencia científica expuesta por Copérnico, ha quedado en el cerebro humano cierta incapacidad para rectificar lo que, digámoslo claro,  nos afecta particularmente a los españoles y como no, a los abogados y jueces, pues el “sostenella y no enmedalla” abunda en nuestro foro.                                             
 De hecho en un post anterior   expuse los pleitos contencioso-administrativos mas extravagantes de los que había tenido noticia.       Y lo que nos queda por ver….

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